Entiendo que al principio, cuando no se tiene mucho dinero que digamos, y especialmente cuando se es estudiante las opciones de comprar una imagen son en repetidas ocasiones algo que está fuera del alcance del principiante en el diseño.
Pero cuando se requiere un tema en específico y alguna imagen de alta calidad, las imágenes de istockphoto, como lo mencionó Carlangueitor, son LO MÁS BARATO que se puede conseguir en el mercado de fotografías e ilustraciones de stock.
Ahora bien, si el trabajo no es un proyecto escolar, entonces lo que me cuesta una foto—12 créditos en istockphoto—y que en $$$ se traduce en $18 dlls., se lo pasó en la factura al cliente. Así no me meto en broncas legales, el cliente queda feliz, le entrego un trabajo con el diseño y calidad que se le prometió a la hora de la contratación.
Lo que no entiendo es esa manía de tratar de conseguir todo GRATIS de la red, como si cualquier foto que se pone ahí de alta resolución se pueda utilizar sin el permiso del dueño. Eso pienso que es ser deshonesto, es falta de ética profesional y me pongo a pensar cual sería nuestra reacción si uno fuera el dueño intelectual de esa foto. Claro que si vemos nuestro trabajo plagiado y robado por otra persona no nos vamos a quedar con las manos cruzadas, ¿no es así? Así tan fácil como uno encuentra fotos en la red y se bajan sin permiso, algún día el dueño encontrará quien lo hizo y el plagiario recibirá una demanda de miedo.
¿Que ya no enseñan fotografía en las escuelas de diseño gráfico? Si no se tiene el presupuesto, entonces se pueden sacar las fotos con una camarita digital decente, ¿que no? Un día uno de nuestros clientes quería la foto de una laptop que estuviera completamente abierta, y por más que busque en todos lados, las únicas fotos que encontré con las clásicas imágenes con el ordenador personal semi-abierto o cerrado.
Pues aquí improvisé un mini-estudio en la casa, me agarré una de las laptops de la escuela de mis hijos y con mi Nikon Coolpix SQ le saqué fotos de alta resolución como lo quería en cliente y listo. También hace unos dos meses le diseñe los menús de un restaurante a una de mis amistades, pero como sabía que no iban a tener dinero para pagar un fotógrafo, les dije que me invitaron los tacos y le saqué foto a todos los platillos del restaurante.
Los pasé a Photoshop para corregir colores y solo invertí en dos fotos de istock que utilicé en la portada y los interiores del menú. Con un poco de imaginación—y en mi caso una comida gratis—se pueden lograr obtener buenos resultados sin romper la caja de ahorros.
