No tiene nada de relevante que estén legalizadas, tengan sus propios clientes o que los dueños sean parientes entre sí
a ojos vista de los motores de búsqueda el
sitio Web A es el propietario del contenido y
el sitio Web B no está generando los propios. Por lo cual, con una lógica inapelable—cualquiera puede decirte—que no será premiado (el sitio B) con buenas posiciones en los resultados de búsquedas orgánicas.
Servirá, eso sí; para que a nivel institucional puedan decir:
— Toma mi tarjeta. Tenemos un sitio Web, checa la URL; que ya estamos en Internet
Es un muy mal criterio, en mi opinión. Publicar un sitio y empezar con el pie izquierdo.
¿Soluciones? Publicar contenido relevante y original. De otra manera, el resultado y los recursos administrados caen en el fondo de una bolsa de bits a la cual nadie accede. Claro está, a menos que a tus clientes le entregues—a cada uno—una tarjeta.
