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Antiguo 25/03/2010, 16:40
Jm Rosón B
 
Fecha de Ingreso: junio-2007
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Respuesta: Pregunta sobre negocio

Hola Juanma71,

No lo hagas. Porque sí, puede ser mucho peor que como estás ahora, ya que no se trata de ningún negocio, sino de un delito muy conocido y en auge en los últimos años.

Para explicarte detalladamente la mecánica del sistema, te diré que se trata de una práctica en la que tú serías lo que se conoce en el argot policial y judicial como un “mulero”.

La progresión sería la siguiente:

1. Un delincuente o red delictiva se hace con datos de acceso a cuentas bancarias a través de cualquiera de los múltiples sistemas que existen hoy en día para la captación de información personal y económica de particulares y empresas.

Así, troyanos y otras formas de programación dañina, en solitario o asociados a la introducción de rootkits, ya sea desde sistemas propios de los autores de estas actividades localizados en terceros países y con distinto nivel de ocultación mediante sistemas como la red TOR y otras derivaciones, o mediante (frecuentemente) la utilización de ordenadores infectados de terceras personas, sin conocimiento ni control sobre lo que ocurre, integrantes de lo que se conoce como “botnets” o redes de ordenadores zombies.

En otras ocasiones, mediante el “phishing”, utilizando replicas exactas de páginas web de entidades bancarias a fin de engañar a usuarios de las mismas y hacerles rellenar formularios para obtener tal información y datos.

2. Una vez en poder de los números de cuenta y códigos de acceso, se dispone o disponen al expolio de los fondos disponibles a través de su transferencia a otra cuenta bancaria.

No obstante, y para evitar el problema del rastreo policial subsiguiente a la denuncia por parte de la víctima titular de la cuenta, o de los sistemas de control de bancos y cajas de ahorro ante la detección de extrañas operaciones de transferencia de fondos alejadas de lo común y corriente en relación a las cuentas afectadas, se hace preciso idear algún sistema que haga de intermedio o pantalla de ocultación y que impida saber a dónde fue a parar el dinero sustraído.

Y es aquí donde entras tú, como segunda víctima.

3. Se ponen en contacto con multitud de personas a través de Internet, ofreciéndo un “interesante trabajo” sobre la base de referencias y descripciones más o menos desarrolladas y elaboradas para hacerte creer esto y lo otro.

(Esta parte ya debes conocerla).

Tú aceptarías una cantidad en tu cuenta, para después reenviarla a fin de evitar sistemas fiscales, problemas legales que ellos tienen por estar en el inicio de su actividad comercial (legítima, por supuesto), trabas supuestamente injustas por parte de sus países, o cualquiera otra de las dialécticas y arteras patrañas hábilmente ideadas para convencer sobre la legitimidad de esta operación, en la que tú, en cualquier caso y por supuesto, no correrías ningún riesgo.

En la inmensa mayoría de las ocasiones, los mensajes son desechados por los destinatarios, que se huelen la tostada sin mayor problema.

En otros, desafortunada y tristemente, y específicamente en el caso de personas en situación de debilidad o penuria económica o personal (como parece ser tu caso), son leídos y releídos con el máximo interés por el futuro interno penitenciario. En ocasiones, tras su impresión en papel y al calor de un café en bares y cafeterías donde, en compañía de su pareja o algún amigo, se acaricia la idea de que “pueda ser verdad”, y de “la solución que sería justo ahora que estamos como estamos”.

(...).

4. Envías un mensaje al responsable del artificio para decirle que sí, que te metes. Que estás dispuesto. Pero, eso sí, sin poner ni un céntimo de tu parte.

5. Se inicia un intercambio de mensajes, incluyendo recepción de faxes, en que se te informa de cómo sería la mecánica del proyecto, tus honorarios en lo que sería un trabajo continuado a lo largo de meses (mentira), y lo bien y mucho que todos saldríais ganando.

Todo forma parte de un proceso de acceso a la psicología de la víctima (tú) orientado a hacerle ver el asunto como algo completamente normal.

6. Te piden la cuenta para ingresarte en dinero, y tú se la das porque no hay problema. Al fin y al cabo estás tieso y sin un céntimo.

Nada te van a sacar.

7. En alguna ocasión, hacen una o dos pruebas con pequeñas cantidades de dinero puesto de su bolsillo (robado previamente, se entiende), para ver qué tal te comportas, para hacerte creer que no pasa nada, y para cercionarse de que vas a funcionar bien cuando venga lo gordo.

8. Finalmente, con calentamiento previo o sin ello, te ingresan la cantidad, proveniente de la transacción desde una o varias cuentas en uno o diversos países.

9. Tú recoges la cantidad y la mandas a una persona y dirección (en el extranjero, por supuesto) mediante alguno de los sistemas de envío de dinero de fácil manejo a la hora de no dejar ni rastro en cuanto a saber a dónde fue a parar el mogollón (como son Western Union, MoneyGram, etc.), y después de descontar tú mismo el 20 por ciento prometido y tan deseado.

10. Horas de gran felicidad y júbilo por tu parte: planes de sanear esta y aquella deuda, fin del agobio por desempleo, gozo ante el viaje que te vas a pegar en ¿el Caribe?

11. Visita sorpresa de miembros de la Unidad de Delitos Informáticos o la Policía Judicial en tu domicilio, incluyendo detención y traslado a dependencias policiales.

12. Posterior interrogatorio en instancias del juzgado de instrucción correspondiente, donde se te informa que vas a ser imputado por un delito de receptación.

Puedes verlo visitando este enlace:

http://noticias.juridicas.com/base_d...l2t13.html#c14

Si no entiendes algo, preguntas de nuevo.

13. (Mal número) Si la cantidad expoliada es elevada (que suele serlo) o dependiendo de circunstancias, ingresarías en prisión.

De nada te serviría el “tú no sabías”.

Hace cosa de un año hablé con una jueza de Bilbao sobre este asunto, preguntándole cómo trataban ellos las excusas de los imputados en este tipo de delitos.

La respuesta que me dio fue, literalmente: “...salvo en el caso de persona borde-line (deficiente mental), se le lleva para adelante.”

Tú Juanma, ¿eres “border-line”?

Tampoco te va a servir de nada llorar en comisaría o delante del juez (como he visto en otros casos).

Entonces sí que te iban a dar “...ganas de tomarme un frasco de pastillas y fuera.”

Espero que te sirva la explicación.

Un saludo.


José Manuel Rosón Bravo