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Antiguo 11/10/2004, 03:56
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metacortex
Viejo demente
 
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hola bioray:

había tenido la oportunidad de leer ese artículo anteriormente... por supuesto, mi conclusión después de analizarlo un par de veces fue la misma a la cual llego después de una buena lectura.

tengo a la mano un libro, en el cual un diseñador expone un pensamiento que me pareció directamente relacionado con tu punto y me permito transcribirlo:

Cita:
un objeto existe cuando las tecnologías y las personas se encuentran. como diseñadores, no sólo influimos en la naturaleza de tal encuentro, sino que, al crear algo físico, contamos con un medio poderoso e inmediato de comunicar la identidad y el significado real de un objeto.

lejos de diseñar cajas para placas lógicas anónimas, aunque de gran potencia, nuestro gran desafío es hacer la tecnología accesible y aplicable. buscar enfoques enteramente nuevos a la configuración y fabricación de productos, requiere el desarrollo de materiales y procesos muy novedosos.

las soluciones más importantes tienden a emerger cuando se explotan nuevas técnicas de producción como medios para un gran fin. se trata de una artesanía de los objetos más cercana al público que a los imperativos de fabricación y función
quien dijo esto fue jonathan ive, diseñador de los modelos de apple computer inc... como verás ambos textos convergen en muchos puntos, sobre todo en que el diseño no debería tener ese carácter complaciente, sino responder a la funcionalidad del objeto, la cual lógicamente está circunscrita a la necesidad del público.

... y como la necesidad es más relevante que la necedad, los buenos diseñadores deberían tener muy claros los elementos externos que influyen en las características internas del producto. me explico: la empresa fabricante de la exprimidora Juicy Salif quiere un nuevo diseño para su producto, pero a la vez su director de producción tiene unas "ideas" que quisiera aplicar... entonces metacortex acepta el contrato, sabiendo que las "sugerencias" del fulano director deben ser consideradas seriamente para la terminación del producto.

es absurdo.

sabes, yo he estado pensando en ello desde hace mucho tiempo, pues más de una vez he caído bajo la seducción de un buen contrato, pero con la condición de aceptar las "sugerencias" del equipo interno de la empresa, o bien del cacique de la comarca.

pensé también que aunque efectivamente se han cumplido los trabajos, deja un mal sabor de boca el no poder hacer un producto como yo lo planeaba, sino que muchas veces el esfuerzo investigativo, el estudio de conceptos y toda la concomitante que acompaña un proceso de diseño, se han ido de un plumazo, tachados en mi cara y vueltos a tachar, hasta lograr la sonrisa del cliente... he pensado mucho en eso pana.

al respecto, estoy a punto de tomar la determinación de jugar a mi manera o que el cliente se vaya al carajo con su contrato. parece como si pensar fuese negativo o contraproducente... como si tener ideas fuese malo para el negocio... pero por Dios ¿acaso entre mis metas no está el ser un buen diseñador?... mientras más pienso en ello, me doy cuenta que en cierto modo estoy prostituyendo mi oficio. pues ya no más.

confieso que es uno de los motivos de mis desvelos en las madrugadas... he perseguido un norte desde hace tiempo y he alcanzado algunas metas, pero con la actitud que he tenido desde hace mucho tiempo, recién me estoy percatando de que estoy muy lejos de ser un buen diseñador... como toda persona, he estado en una eterna búsqueda de respuestas, pues no sólo es la moral la única fuerza que actúa en la vida. también están las necesidades propias que cada día azotan las puertas, como diciendo "hey, aquí estamos, procura producir para satisfacernos"... y uno se olvida de los ideales... y uno termina produciendo más... y uno muere por dentro.

ya no más... cliente que me vuelva a rayar un boceto (los cuales sin excepción constituyen el resultado de un verdadero estudio) es cliente que se irá a buscarse un tonto más que esté dispuesto a vender su primogenitura por un plato de lentejas.

porque en este oficio y en la vida, uno sólo tiene un nombre.

y si uno quiere ser un diseñador de verdad, cada uno de sus productos debe llevar su propia huella. sólo así éste sabrá si el producto cumple su función original o si todavía hace falta aprender para mejorar el próximo.

Al igual que quien defiende a ultranza un dogma "racionalista" que no contempla al individuo, aquel diseñador que sólo se preocupa por su beneficio y sostiene un modelo que se pretende "des-ideologizado" es también un sujeto alienado.

Ramiro Espinoza.